Expertos y representantes del sector medioambiental han debatido hoy, durante una conferencia en el Congreso Nacional de Medioambiente (CONAMA), la necesidad de actualizar el Real Decreto 1432/2008 del 29 de agosto para la protección de la avifauna porque, trece años después de su publicación, no recoge las particularidades actuales y provoca una “insuficiencia de la disposición”.
Esta normativa establece medidas para la protección de las aves contra la colisión y la electrocución en líneas de alta tensión, así como establece la obligatoriedad de definir zonas de protección y corregir las instalaciones que se consideren peligrosas.
La jefa de Servicio de Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), Noemí Rueda, ha comentado a EFE que en líneas generales la norma ha mejorado la situación de la avifauna en España, pero que en ciertos aspectos “sí que ha quedado un poco coja”, sobre todo a la hora de otorgar el valor real a las colisiones contra las estructuras.
Mejorar los sistemas para evitar las colisiones
Hasta ahora, las balizas anticolisión son voluntarias; una situación “infravalorada” y que demanda, en su opinión, más “ambición”.
Rueda ha anunciado que el primer borrador del texto que modifica dicho Real Decreto se encuentra en fase de consulta interna y a la espera de consulta pública para el “medio o largo plazo”.
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Ciencia y avifauna
Para el investigador del CSIC Miguel Ferrer, además de ambición, es necesario crear una normativa basada en el análisis científico y que aplique criterios de priorización para actuar en las zonas acotadas donde se observe una mortalidad superior.
“En los años 90, en Andalucía se publicó un decreto -relacionado con esta materia- y 20 años más tarde el Ministerio sacó un decreto que no se basaba, y sigue sin hacerlo, en criterios científicos; con desastrosos resultados”, ha remarcado en una entrevista con la Agencia Efe.
Por ejemplo, según un estudio del Miteco, la situación en el caso de aves rapaces se considera de “alta mortalidad” con casi 33.000 ejemplares fallecidos en accidentes relacionados con los tendidos eléctricos.
Zaragoza presenta el balance más siniestro, con 8.222 rapaces, seguido de Murcia con más de 7.000 y Segovia con 6.492 ejemplares caídos anualmente por electrocución, choque o enganche con cables.
Por ello, Ferrer pide aplicar “investigación aplicada” y afinar en el “20 % de apoyos eléctricos del país” considerados de riesgo extremo: “En Andalucía cuando lo hicimos redujimos la mortalidad en un 82 % global. ¿Por qué no se ha hecho en el resto del país?”
Las empresas plantean el esfuerzo en las comunidades locales
Desde el plano empresarial, el director de Medioambiente de Endesa, Jorge Pina, ha recordado que “cualquier infraestructura siempre tiene un impacto en el medio”, así que los esfuerzos deben dirigirse en “reducirlos al mínimo”.
Además, Pina ha abogado por pensar en el entorno local y en la gente que “tiene que convivir con esas instalaciones”, desde su compañía, en esta dirección, impulsan proyectos hacer compatibles las instalaciones con la actividad de la zona.